Diferencia entre indicio, evidencia y prueba en el ámbito pericial

¿Pero… no son lo mismo? No, no lo son.

Estamos acostumbrados, entre series de televisión (con mejor o peor traducción), telediarios, programas de crónica negra… a escuchar estos términos de manera habitual, por lo que no se nos hacen extraños. Pero en numerosas ocasiones son confundidos entre sí, cuando existen unas grandes diferencias entre estos conceptos.

Así pues, vamos a tratar de discernir las diferencias existentes entre estos conceptos, de manera clara y sencilla, en su relación con el ámbito pericial.

En primer lugar, nos vamos a referir a los indicios. Por indicio nos referiremos a aquello que podemos percibir en un primer momento cuando analizamos algo en cuestión. Es decir, es algo que podemos decir que “nos llama la atención”. Podemos decir también que un indicio es algo más que una apariencia. O, dicho de una tercera manera, aquello que nos hace pensar en algo. Por tanto, un indicio está más relacionado con una hipótesis.

Pongamos un par de ejemplos: Cuando realizamos un informe sobre un posible caso de bullying, un indicio sería la existencia de un moratón en el menor. Es claro saber que ha habido un hecho traumático, pero quizás no se haya producido por la agresión de un compañero/a, sino que se haya producido de manera fortuita.

Un ejemplo en pericia caligráfica sería cuando examinamos diferentes firmas, todas ellas legibles y, en una de ellas una letra se realiza de manera diferente. Tendremos que observar, por tanto, el resto de firmas, para determinar si esa forma característica se repite, o no, y considerarla entonces gesto tipo, o no.

Por ello, los indicios no son suficientes fehacientes ni consistentes, para establecer una verdad absoluta en un informe pericial. Por desgracia, es habitual que encontremos periciales donde el informe está basado únicamente en indicios.

En segundo lugar, hablaremos de las evidencias. Las evidencias ya permiten establecer una relación entre dos o más hechos o elementos. Es decir, ya están aportando certeza a una hipótesis. Las evidencias están demostrando algo.

Las evidencias habitualmente son confundidas con las pruebas en sí (quizás por un error de traducción de las películas/series americanas a su doblaje al Castellano), pero como acabamos de decir, no son lo mismo. Vamos a entenderlo con otros ejemplos:

Imaginemos un caso de Lingüística Forense, en donde tenemos que determinar, entre varios mensajes, cuáles corresponden a un mismo autor. Al analizarlos vemos que en algunos de ellos se comete, de manera constante, la misma falta ortográfica. Ello se convertirá en una característica propia del idiolecto de esa persona.

En Pericia Caligráfica es fácil identificar las evidencias: serán todos aquellos gestos tipo, todas aquellas particularidades existentes en la escritura de una persona.

Si lo trasladamos al ámbito de la documentoscopia, una evidencia sería la ausencia de una medida de seguridad en un papel de seguridad, la cual sabemos que debería existir.

Finalmente, explicaremos la prueba. En nuestro caso, hacemos referencia a la prueba pericial. Y en concreto, la prueba pericial está referida al dictamen emitido por el perito, tal como se recoge en el artículo 335 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.

Así, el dictamen será la valoración profesional del perito. Es importante recalcar que este dictamen ha de estar basado en las evidencias halladas previamente. Y hablamos en plural, porque el dictamen pericial ha de contar con cuantas más evidencias, mejor.

En mi caso particular, cuando he de ratificar un dictamen pericial en sala (por ejemplo, de pericia caligráfica, que es lo más habitual), siempre pongo el mismo ejemplo cuando soy preguntado por los abogados: La identificación de gestos tipo es como el ADN, que tiene una efectividad del 99,99%. Si yo multiplico por todos los habitantes del planeta, obtendré un número relativamente grande, pero, si concentro a un número determinado de sujetos (la habitual comparación entre documentos dubitados e indubitados), el número total se reduce drásticamente y con una mínima posibilidad de error.

No obstante, al igual que podemos ver en las películas o series, hay pruebas que se pueden falsear, y en nuestro campo pericial existen peritos que emiten un dictamen pericial sin mostrar la más mínima evidencia, sin aportar imágenes, comparaciones, análisis… solo escribiendo texto y claro, el papel lo aguanta todo.

Sin embargo, nuestros dictámenes están debidamente argumentados, aportando numerosos ejemplos con sus debidas imágenes, explicando de manera clara, sencilla y fehaciente todas las evidencias encontradas en nuestros análisis, cotejos y comparaciones.

Y es que… en Grafopericial, no hay lugar a las dudas.

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